ASOCIACION GNOSTICA DE ESTUDIOS ANTROPOLOGICOS Y CULTURALES

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si, hay diablo; si, hay infierno; si, hay karma

Libro deL V.M. samael aun weor


El Infierno

Los tres aspectos del interior de la Tierra

Los Siete Cosmos

Primer Circulo Infernal o de la Luna

Monadas y Esencias


EL INFIERNO

* P.- El infierno de fuego y llamas del que nos habla la religión católica, en los tiempos actuales ya no lo podemos admitir más que como una superstición religiosa de acuerdo con los hombres de ciencia. ¿Es esto cierto, Maestro?.

* R.- Distinguido caballero, permítaseme informarle que cualquier infierno de tipo religioso es exclusivamente simbólico.

No está de más en estos instantes recordar el infierno de hielo de los Nórdicos, el infierno chino con todos sus suplicios amarillos, el infierno Budista, el infierno Mahometano o la Isla Infernal de los antiguos pobladores del País de Maralpleicie, cuya civilización hoy ya se oculta entre las arenas del desierto de Gobi.

Incuestionablemente hoy estos variados infiernos tradicionales alegorizan en forma enfática el reino mineral sumergido.

Recuerde usted, buen amigo, que el Dante encontró a su Infernus entre las entrañas vivientes de la Tierra; léase la Divina Comedia.

* P.- Maestro, nos habla usted del mundo mineral sumergido, sin embargo, todas las perforaciones de las compañías mineras y petroleras y de otra índole que se han practicado sobre la costra terrestre, no han mostrado señales de un mundo viviente que pudiera estar siquiera en la primera capa interior de la tierra. ¿Dónde se encuentra ese mundo mineral sumergido?.

* R.- Gran amigo, permítaseme informarle que el mundo tridimensional de Euclides, no es todo.

Ostensiblemente, por encima de este mundo de tres dimensiones (largo, ancho y alto), existen varias dimensiones superiores; obviamente de acuerdo con la ley de contrastes, bajo esta zona tridimensional existen también varias infradimensiones de tipo mineral sumergido.

Es indubitable que los citados infiernos de tipo Dantesco, corresponden a esas dimensiones.

* P.- Perdonadme Maestro que insista, pero en todos los libros que por mi inquietud he escudriñado, no recuerdo ningún escrito o documento que no solamente nos hable de esas infradimensiones, sino cuando menos nos indique como pueden descubrirse; por lo tanto, le pregunto: ¿cuál es el objeto de hablar de infradimensiones que, hasta donde yo he podido comprobar, ningún ser humano a visto o palpado?.

* R.- Distinguido caballero, su pregunta me parece interesante, empero conviene aclarar que el Movimiento Gnóstico Cristiano Universal, tiene sistemas, métodos de experimentación directa, mediante los cuales podemos verificar la cruda realidad de las infradimensiones de la naturaleza y del cosmos.

Nosotros podemos y debemos ubicar a los nueve círculos Dantescos precisamente bajo la epidermis de la tierra, dentro del interior del organismo planetario en que vivimos.

Obviamente los nueve círculos citados se corresponden inteligentemente con la nueve infradimensiones naturales.

Resulta palmario y manifiesto que los nueve cielos de la Divina Comedia del Dante, son nueve dimensiones de tipo superior íntimamente correlacionadas con los nueve de tipo inferior.

Quien haya estudiado alguna vez la Divina Comedia desde el punto de vista esotérico, no podrá ignorar la realidad de los mundos infiernos.

* P.- Maestro, ¿qué diferencia hay entre los infiernos del catolicismo con los que considera el Movimiento Gnóstico?.

* R.- Buen amigo, la diferencia entre los infiernos simbólicos de una y otra religión, es la que puede haber entre bandera y bandera de distintas naciones. Cada país alegoriza su existencia con un pabellón nacional; así también cada religión simboliza a los mundos infiernos con alguna alegoría de tipo infernal.

Empero infiernos cristianos, o chinos, o budistas, etc., etc. todos ellos en el fondo no son sino distintos emblemas que corresponden al crudo realismo de los infiernos atómicos de la naturaleza y del cosmos.

* P.- ¿Por qué la gente tiene pesadillas, como decimos vulgarmente? ¿Qué sucede en este caso, es qué viajan a esos mundos infradimensionales?.

* R.- Con el mayor gusto daré respuesta a esta interesante pregunta del auditorio. Quiero señora y señores, que ustedes comprendan lo que son las pesadillas.

La anatomía oculta enseña que en el bajo vientre existen siete puertas infernales, siete chacras inhumanos o vórtices negativos de fuerzas siniestras.

Puede darse el caso de que alguien indigestado por alguna comida pesada, ponga en actividad mediante el desorden, a tales chacras infernales; entonces se abren las puertas abismales, como lo enseña claramente la religión de Mahoma, y el sujeto penetra esa noche en los mundos infiernos.

Esto es posible mediante el desdoblamiento de la personalidad; no es difícil para el Ego penetrar en la morada de Plutón...

Los monstruos de las pesadillas existen realmente, devienen originalmente de los tiempos arcáicos; habitan normalmente en las infradimensiones del mundo mineral sumergido.

* P.- ¿Quiere esto decir, Venerable Maestro, que no solamente los que mueren sin haber salvado su alma entran en el infierno?.

* R.- Resulta patente, claro y manifiesto, que los vivos también penetran en los mundos infiernos como lo están demostrando las pesadillas; ostensiblemente el infraconsciente humano es de naturaleza infernal; podría decirse con entera claridad meridiana que en los infiernos atómicos del hombre, están todos los horrores abismales. Con otras palabras enfatizamos lo siguiente: Los abismos infernales en modo alguno se hallan divorciados de nuestro propio subconsciente e infraconsciente. Ahora comprenderá el auditorio el motivo por el cual es tan fácil penetrar en cualquier hora dentro de los nueve círculos Dantescos.

* P.- Querido Maestro, realmente no comprendo porqué primero nos dice que los mundos infiernos se hallan en las infradimensiones de la tierra, y después menciona que esos abismos atómicos se encuentran dentro de uno mismo. ¿Quisiera ser tan amable de aclararme eso?.

* R.- Su pregunta me parece magnífica. Quien quiera descubrir la leyes de la naturaleza, debe encontrarlas dentro de sí mismo. Quien dentro de sí mismo no encuentre lo que busca, no lo encontrará fuera de sí mismo jamás. Los antiguos dijeron: "Hombre, conócete a tí mismo y conocerás al Universo y a los Dioses", todo lo que existe en la naturaleza y en el cosmos, debemos encontrarlo en nuestro interior. Así pues, los nueve círculos Dantescos infernales, están dentro de nosotros mismos aquí y ahora.

* P.- Maestro, yo he tenido pesadillas donde he visto un mundo de obscuridad y muchos monstruos, ¿será que he entrado en esos mundos infradimensionales o infernales?.

* R.- Su pregunta resulta bastante importante. Es necesario que el auditorio comprenda que esas infradimensiones están en el fondo sumergido de nuestra naturaleza. Obviamente, repito, con las pesadillas se abren las siete puertas de los infiernos atómicos del bajo vientre y entonces descendemos a los mundos sumergidos.

Raras son las personas que en su vida, no hayan hecho alguna visita al Reino de Plutón. Empero, es bueno, señoras y señores, que al estudiar esta cuestión, pensemos en el crudo realismo natural de esos mundos que están colocados en las infradimensiones del Planeta en que vivimos. Pensemos por un instante en mundos que se penetran y compenetran mutuamente sin confundirse; en regiones densamente pobladas, etc., etc. En modo alguno debemos tomar a las alegorías religiosas a la letra muerta; no debemos confundir a los símbolos, con los fenómenos cósmicos en sí mismos.

* P.- Maestro, quisiera me explicara usted un poco más sobre esos mundos infiernos, ya que dentro de esas pesadillas que he tenido, nunca he visto luz ni rostros hermosos, ¿podría decirme por qué?.

* R.- Con el mayor gusto daré respuesta a esa pregunta. Las tinieblas infernales son otro modo de luz; corresponden ciertamente a la gama del infrarrojo. Los habitantes de tales dominios subterráneos, perciben las diversas variantes de colorido correspondiente a esa zona del espectro solar.

Quiero que ustedes mis amigos comprendan, que todos los colores que existen en el ultravioleta se encuentran también en el infrarrojo.

Que existe un amarillo del ultravioleta, eso es algo muy notable, pero en el infrarrojo el amarillo existe también en forma diferente y así también sucede con los demás colores; así pues repito en forma enfática lo siguiente: Las tinieblas son otro modo de la luz.

Incuestionablemente los habitantes de reino mineral sumergido, se hallan demasiado alejados del Sagrado Sol Absoluto y por eso resultan ciertamente terriblemente malignos y espantosamente feos.

* P.- Yo concibo Maestro, que en los mundos sumergidos de la tierra existan toda clase de monstruos y que ahí habiten, pero ¿cómo es posible que dentro de mí mismo, que soy tan pequeño en comparación con el planeta, pueda encontrar precisamente esos mundos?.

* R.- Buen amigo, permítaseme decirle que cualquier molécula de almidón, o hierro, o cobre, etc., etc. es todo un sistema solar en miniatura. Un discípulo de Marconi, imaginaba precisamente a nuestro sistema solar como una gran molécula cósmica.

Quien no descubre en una simple molécula el movimiento de los planetas alrededor del sol, está ciertamente muy lejos de comprender la astronomía.

Nada se encuentra desligado en este Universo; en verdad no existe efecto sin causa, ni causa sin efecto; así también dentro de cada uno de nosotros hay fuerzas y átomos que se correlacionan ya con las esferas celestes, ya con las esferas infernales.

Es bueno saber que en nuestro organismo existen centros psíquicos que nos ponen en relación con las nueve dimensiones superiores del cosmos o con las nueve dimensiones inferiores.

Ya dije claramente que este mundo tridimensional en que vivimos no es todo, pues por encima tenemos las dimensiones superiores y por debajo las inferiores.

Incuestionablemente todas las dimensiones, celestiales o infernales, están relacionadas con las distintas zonas de nuestra propia psiquis y por ello, es que si no las descubrimos dentro de nosotros mismos, no las descubriremos en ninguna parte.

* P.- Maestro, usted menciona a menudo la palabra abismos atómicos, ¿por qué atómicos?.

* R.- Esta pregunta me parece extraordinaria y con el mayor gusto voy a dar respuesta. Ante todo quiero que usted sepa que todo átomo es un trío de materia, energía y conciencia.

Pensemos por un momento en las inteligencias atómicas; obviamente las hay solares y lunares; también existen inteligencias malignas atómicas terriblemente perversas.

Los átomos del enemigo secreto dentro de nuestro organismo, están controlados por cierto átomo maligno ubicado exactamente en el hueso coxígeo.

Este tipo de átomos causan enfermedades y originan en nosotros distintas manifestaciones de perversidad.

Ampliemos un poco más esta información y pensemos por un momento en todos los átomos malignos del planeta tierra. Obviamente los más pesados, los más demoníacos, habitan en la morada de Plutón, es decir en las infradimensiones del mundo en que vivimos. Ahora comprenderá usted el motivo por el cual hablamos de abismos atómicos, de infiernos atómicos, etc.

* P.- Creo que la mayoría de todos nosotros, cuando pensamos en términos de átomo, nos imaginamos algo infinitamente pequeño, luego entonces cuando se nos habla de que todos los soles y planetas del cosmos constituyen un átomo, trastoca un poco nuestro proceso razonativo, ¿es esto congruente Maestro?.

* R.- Distinguido caballero y amigo, jamás se me ha ocurrido reducir todo el Universo o los Universos a un simple átomo; permítaseme decirle que mundos, soles, satélites, etc. están constituidos por sumas de átomos y esto es diferente, ¿verdad?. Si en alguna parte de mi oratoria comparé el sistema solar con una gran molécula, lo hice basado en la ley de las analogías filosóficas, más nunca quise reducir a tal sistema a un simple átomo.

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LOS TRES ASPECTOS DEL INTERIOR DE LA TIERRA

* P.- Maestro por lo que nos ha expuesto anteriormente, ¿debemos entender que bajo las capas interiores de la tierra solo existen infradimensiones, ya que las supradimensiones que corresponden a los cielos, solamente se encuentran arriba de la capa terrestre?.

* R.- Distinguido señor, su pregunta me parece ciertamente interesante y me apresuro a responderle.

Es bueno que todos ustedes entiendan que este organismo planetario en que vivimos, tiene en su interior tres aspectos claramente definidos: Primero.- Región mineral meramente física; Segundo.- Zona supradimensional; Tercero.- Zona infradimensional.

* P.- Aceptando que en el interior de la tierra existieran estos tres aspectos de que nos habla y en mi caso lo acepto hipotéticamente, aclaro, tendríamos que llegar a la conclusión de que las nueve esferas celestes conviven con los infiernos que corresponden a las infradimensiones. ¿Es acaso congruente que los cielos se sitúen en la misma ubicación que tienen los infiernos?.

* R.- Estimado caballero es urgente comprender en forma integral que todo en la naturaleza y en el cosmos se resume en sumas y restas de dimensiones que se penetran y compenetran mutuamente sin confundirse.

Existe un postulado hermético que dice: "Tal como es arriba, es abajo". Aplique usted este postulado al tema en cuestión.

Es ostensible que los nueve cielos tienen, dentro del interior de nuestro organismo planetario, sus correlaciones de acuerdo con la ley de las correspondencias y analogías.

Estos nueve cielos dentro del interior del organismo planetario en que vivimos, se correlacionan inteligentemente con las nueve zonas profundas del planeta tierra.

Empero todavía no he explicado a fondo la cuestión; lo que sucede realmente es que estos nueve cielos tienen un centro de gravitación atómico ubicado exactamente en el centro del planeta tierra.

En otra forma, quiero decirle y decirles a todos ustedes señores y señoras, que los nueve cielos gravitan en el átomo central del planeta tierra, extendiéndose mucho más allá de todo el sistema solar.

Este mismo proceso se repite con cada uno de los planetas del sistema solar de Ors.

* P.- Esta exposición Venerable Maestro, me parece muy bella y encaja perfectamente en las lagunas de mi entendimiento, pero debo manifestar que de acuerdo con los preconceptos de la lógica, no se puede demostrar con claridad la explicación que usted nos ha dado, por lo tanto, ¿cómo podemos llegar a verificar su afirmación en este sentido?.

* R.- Estimable caballero, su pregunta es inquietante. Incuestionablemente la lógica formal nos conduce al error; no es por medio de tal lógica como podemos llegar a la experiencia de lo real; necesitamos de una lógica superior que existe; ya Ouspensky escribió el "Tertium Organum", el tercer canon del pensamiento. Es ostensible que existe el sentido de unidad en la experiencia mística de muchos sujetos transcendidos.

Tales hombres, mediante el desarrollo de ciertas facultades cognoscitivas, han podido verificar por sí mismos y en forma directa, la realidad de los mundos infiernos en el interior de este planeta en que vivimos.

Lo interesante de todo esto, es que los datos enunciados por unos y otros adeptos son similares, a pesar de morar tales hombres en distintos lugares de la tierra.

* P.- Quiere decirnos entonces Maestro, ¿qué solamente a cierto y muy reducido número de adeptos que les ha tocado en suerte tener esos poderes cognoscitivos, les es dable comprobar las infradimensiones y las supradimensiones de los planetas y del cosmos al igual que del hombre mismo?.

* R.- En el terreno de la experiencia directa, en el campo de la metafísica práctica, existen diversidad de sujetos con facultades psíquicas más o menos desarrolladas.

Es obvio que hay discípulos y maestros; los primeros pueden darnos información más o menos incipientes; los segundos, los adeptos o maestros, disponen de facultades inmensamente superiores, las que les capacita para investigaciones de fondo, lo cual les permite entonces hablar en forma más clara, más precisa y detallada.

* P.- Si usted Maestro, nos ha enseñado a que corrovoremos por experiencia propia lo que afirman los adeptos e iluminados, ¿cabe entonces la posibilidad de que nosotros los profanos, podamos verificar por vivencia propia la realidad de los mundos infiernos fuera de las experiencias de una simple pesadilla, causada por una indigestión estomacal?.

* R.- Estimable señor, es obvio que la experimentación directa en el terreno de la metafísica, solo es asequible a sujetos que hayan desarrollado las facultades latentes en el hombre. Empero quiero decirles con entera claridad, que toda persona puede experimentar someramente el crudo realismo de tales infiernos atómicos cuando cae en esas asqueantes pesadillas.

Indubitablemente no quiero decir con esto, que las mencionadas pesadillas permitan la verificación completa del crudo realismo de las infradimensiones de la naturaleza.

Quien quiera realmente vivenciar eso que está por debajo del mundo tridimensional de Euclides, debe desarrollar ciertas facultades y poderes psíquicos muy especiales.

* P.- ¿Es posible que todos nosotros podamos desarrollar esas facultades?.

* R.- Distinguido caballero, quiero informarle que el Movimiento Gnóstico Internacional posee métodos y sistemas mediante los cuales todo ser humano puede desarrollar en forma consciente y positiva sus poderes psíquicos.

* P.- Maestro, ¿nos podría decir que debemos entender acerca de que el demonio habita en unos infiernos que tienen llamaradas de fuego y un tremendo olor a azufre, en donde se castiga a los seres que en esta vida se han portado mal?.

* R.- Voy a dar respuesta a la pregunta del caballero. Incuestionablemente en las regiones sumergidas del reino mineral, bajo la epidermis misma del planeta tierra, existen diversas zonas: Recordemos por un instante la zona ígnea; es ostensible que está demostrado con la erupción de los volcanes. Citemos la zona acuosa; nadie podría negar que en el interior de este organismo planetario hay agua, Pensemos por un momento en el elemento aéreo; aunque parezca increíble, dentro de nuestro planeta tierra existen también corrientes de aire, zonas especiales. Hasta se ha dicho con entera claridad meridiana que existe en el interior de este mundo cierta vasta región completamente hueca, aérea diríamos nosotros. En modo alguno podríamos negar el realismo de piedras, arenas, rocas, metales, etc., etc., etc.

Al pensar en el concepto de demonio o demonios, recapacitemos también en almas perdidas; es esto verdaderamente interesante.

Muchos habitantes de los mundos infiernos moran en la región del fuego, más otros viven en las regiones aéreas, y por último habitan las regiones acuáticas y las zonas minerales.

Es obvio que los habitantes del interior terrestre se encuentran muy relacionados con el azufre, puesto que esto es parte integrante de los volcanes; empero, es evidente que en forma específica solo los moradores del fuego podrían hallarse tan asociados al azufre. Quiero pues, distinguido caballero, honorable público, respetable señores y señoras, que ustedes comprendan el infierno o "infernus" en la forma crudamente natural, sin artificios de ninguna especie.

* P.- Me podría usted decir Maestro, ¿por qué siendo la región del bajo vientre la de los mundos infiernos, se encuentra ubicada en la región del cordón plateado? ¿quiere decir esto que dicho cordón se comunica constantemente con nuestros mundos infiernos?.

* R.- Honorable señor, quiero responder a usted con perfecta claridad. Mucho se ha dicho sobre el cordón de plata; es indubitable que toda alma está conectada al cuerpo físico por medio de ese hilo magnético. Se nos ha dicho que una rama de ese cordón o hilo de la vida, se halla relacionada con el corazón y otra con el cerebro.

Diversos autores enfatizan la idea de que siete de estas ramas derivadas del cordón de plata, se encuentran conectadas con los siete centros específicos del organismo humano.

En todo caso, ese hilo de la vida, ese cordón del cual usted nos habla, base misma de su pregunta, en modo alguno está conectado a los siete chacras de bajo vientre. Resulta interesante saber que, durante las horas del sueño, la esencia, el alma se escapa del cuerpo físico para viajar a distintos lugares de la tierra o del cosmos; entonces el hilo magnético de nuestra existencia se suelta, se alarga infinitamente atrayéndonos después al cuerpo físico para despertar en el lecho.

* P.- Maestro, ¿me podría ampliar esto que usted acaba de decir con respecto a los siete chacras que se encuentran en el bajo vientre, ya que se nos ha dicho en otras conferencias y en sus propios libros inclusive, que los siete chacras se encuentran repartidos en diferentes partes de nuestro organismo?.

* R.- Honorable caballero, he escuchado su pregunta y me apresuro a responderle con el mayor agrado.

Veo que usted señor, a confundido a los siete chacras del bajo vientre, con las siete iglesias del Apocalipsis de San Juan situadas en la espina dorsal.

Indubitablemente en ninguna parte de la plática que esta noche estamos desarrollando aquí en la ciudad de México, D.F., he hecho alusión alguna a tales centros magnéticos o vórtices de fuerza ubicados en el bastón de Brahama o médula espinal.

Sólo hemos citado o mencionado, a las siete puertas infernales de que habla la religión de Mahoma, a siete centros específicos o chacras ubicados en el bajo vientre y relacionado con los mundos infiernos; eso es todo, ¿entendido?.

* P.- Por todo lo antes expuesto, ¿podemos colegir, Venerable Maestro, que el aspecto físico del centro de la tierra pertenece al mundo tridimensional y que los aspectos supradimensionales e infradimensionales están ubicados en esas regiones subterráneas del planeta donde no llega la percepción intelectual y sensorial tridimensional del animal racional?.

* R.- Distinguido caballero, quiero informarle a usted y en general a todo este auditorio que me escucha, que nuestros cinco sentidos sólo perciben los aspectos tridimensionales de la existencia, empero son incapaces de percibir los aspectos supradimensionales o infradimensionales de la tierra y del cosmos.

Es obvio que las regiones subterráneas de nuestro mundo, revisten tres aspectos fundamentales; sin embargo los sentidos ordinarios solo perciben en forma superficial, lo físico, lo tridimensional. Si queremos conocer las dimensiones superiores o inferiores del interior de la tierra, debemos desarrollar otras facultades de percepción que se encuentran latentes en la raza humana.

* P.- Querido Maestro, ¿debemos entender que tanto en las supradimensiones como en las infradimensiones, habitan seres vivientes?.

* R.- Amigos míos, incuestionablemente las tres zonas del interior de nuestro mundo están habitadas. Si en las infradimensiones viven las almas perdidas, en las supradimensiones del interior planetario, moran muchos Devas, Elementales de orden superior, Dioses, Maestros, etc. que trabajan intensivamente con las fuerzas inteligentes de esta gran naturaleza. Podríamos hablar muy extensamente sobre las poblaciones de la zona central, o supradimensionales, o infradimensionales del interior de nuestro mundo, empero esto lo dejaremos para próximas pláticas; por ahora me despido de ustedes deseándoles muy buenas noches.

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LOS SIETE COSMOS

Bien amigos, estamos aquí reunidos nuevamente con el propósito de estudiar el rayo de la Creación.

Es urgente, indispensable, inaplazable, conocer en forma clara y precisa el lugar que ocupamos en el rayo vivísimo de la creación.

Ante todo, estimables caballeros, distinguidas damas, les suplico encarecidamente seguir mi discurso con infinita paciencia.

Quiero que ustedes sepan que existen siete cosmos, a saber: Primero.- Protocosmos; Segundo.- Ayocosmos; Tercero.- Macrocosmos; Cuarto.- Deuterocosmos; Quinto.- Mesocosmos; Sexto.- Microcosmos; Séptimo.- Tritocosmos.

Incuestionablemente el primero está formado por múltiples soles espirituales, trascendentales, divinales.

Mucho se ha hablado sobre el sagrado sol absoluto y es obvio que todo sistema solar, está gobernado por uno de esos espirituales soles.

Esto quiere decir, que nuestro juego de mundos posee su propio sagrado sol absoluto, al igual que todos los otros sistemas solares del inalterable infinito.

El segundo orden de mundos, está formado realmente con todos los millones de soles y planetas que viajan a través del espacio.

El tercer juego de mundos, está formado por nuestra galaxia, por esta Vía Láctea, que tiene como capital cósmica central el Sol Sirio.

El cuarto orden está representado por nuestro Sistema Solar de Ors.

El quinto orden corresponde al planeta Tierra.

El sexto orden es el microcosmos Hombre.

El séptimo orden está en los mundos infiernos.

Ampliaremos un poco más esta explicación: quiero que ustedes, señoras y señores, entiendan con plena claridad, lo que es realmente el primer orden de mundos. Soles espirituales extraordinarios centelleantes con infinitos esplendores en el espacio. Radiantes esferas que jamás podrían percibir los astrónomos a través de sus telescopios.

Pensad ahora en lo que son las billonadas y trillonadas de mundos y estrellas que pueblan el espacio sin fin.

Recordad ahora las galaxias; cualquiera de estas tomadas por separado, es ciertamente un Macrocosmos y la nuestra, la Vía Láctea, no es una excepción.

¿Qué diremos del Deuterocosmos?. Incuestionablemente todo sistema solar, no importa la galaxia a la cual pertenezca, ya sea esta de materia o antimateria, obviamente es un Deuterocosmos.

Tierras del espacio son tan numerosas como las arenas del inmenso mar. Indubitablemente cualquiera de éstas, todo planeta, no importa cual sea su centro de gravitación cósmica, es por sí mismo un Mesocosmos.

Mucho se ha dicho sobre el MIcrocosmos hombre; nosotros enfatizamos la idea trascendental de que cada uno de nos es un auténtico y legítimo Microcosmos. Sin embargo, no somos los únicos habitantes del infinito; es claro que existen muchos mundos habitados; cualquier habitante del cosmos o de los cosmos, es un auténtico Microcosmos.

Por último conviene saber que dentro de todo planeta existe el reino mineral sumergido con sus propios infiernos atómicos; estos últimos siempre se hallan ubicados dentro del interior de cualquier masa planetaria y en las infradimensiones de la naturaleza, bajo la zona tridimensional de Euclides.

Entiéndase pues, señores y señoras, que el primer orden de mundos, es completamente diferente al segundo y que cada cosmos es absolutamente desigual, radicalmente distinto.

El primer orden de mundos, es infinitamente divinal, inefable; no existe en él ningún pricipio mecánico, está gobernado por la única ley.

El segundo orden, está incuestionablemente controlado por las tres fuerzas primarias que regulan y dirigen toda creación cósmica.

El tercer orden de mundos, nuestra galaxia, cualquier galaxia del espacio sagrado, es indubitable que está controlada por seis leyes.

El cuarto orden de mundos, nuestro sistema solar, o cualquier sistema solar del infinito espacio, siempre está controlado por doce leyes.

El quinto orden, nuestra tierra, o cualquier planeta similar al nuestro, girando alrededor de cualquier sol, se halla absolutamente controlado por veinticuatro leyes.

El sexto orden cósmico, cualquier organismo humano, se encuentra definitivamente controlado por cuarenta y ocho leyes; esto lo vemos totalmente comprobado en la célula germinal humanan, constituida como ya sabemos por cuarenta y ocho cromosomas.

Por último, el séptimo orden de mundos, está bajo el control total de noventa y seis leyes.

Quiero que vosotros sepáis en forma precisa que el número de leyes en las regiones abismales se multiplica escandalosamente.

Es ostensible que el primer círculo dantesco está siempre bajo el control de noventa y seis leyes, empero en el segundo se duplica esta cantidad; dando 192 leyes; en el tercero se triplica, en el cuarto se cuadriplica, en tal forma que se puede multiplicar la cantidad de 96 x 2, x 3, x 4, x 5, x 6, x 7, x 8 y x 9, así pues en el noveno círculo, multiplicando las 96 x 9 nos dará 864 leyes.

Si refexionáis vosotros profundamente sobre el primer cosmos, veréis que allá existe la más plena libertad, la más absoluta felicidad, porque todo está gobernado por la única ley.

En el segundo cosmos, aún existe la plena dicha, debido a que está plenamente controlado por las tres leyes primarias de toda la creación.

Empero, en el tercer cosmos, ya se introduce un elemento mecánico porque estas tres leyes primitivas divinales dividiéndose en sí mismas, se convierten en seis. Obviamente en éste existe cierto automatismo cósmico, ya no son las tres fuerzas únicas las que trabajan, pues éstas al dividirse en sí mismas, han originado el juego mecánico de cualquier galaxia.

Vean ustedes lo que es un sistema solar, es claro que en él, ya las seis leyes se han dividido nuevamente para convertirse en doce, aumentando la mecanicidad, el automatismo, la complicación, etc., etc.

Concentrémonos ahora en cualquier planeta del infinito, y muy especialmente en nuestro mundo terrestre; obviamente es más heterogéneo y complicado, debido a que las doce leyes del sistema se han convertido en veinticuatro.

Miremos ahora francamente al Microcosmos hombre, examinemos la célula germinal, y encontraremos los cuarenta y ocho cromosomas, viva representación de las cuarenta y ocho leyes que controlan todo nuestro cuerpo.

Obviamente al dividirse estas cuarenta y ocho leyes en sí mismas y por sí mismas, originan las noventa y seis del primer círculo Dantesco.

Quiero pues, que ustedes señores y señoras, comprendan el lugar que ocupamos en el rayo de la creación.

Alguien dijo que infierno viene de la palabra "infernus", que en latín significa región inferior; así enfatizo la idea de que el lugar que ocupamos en la región tridimensional de Euclides, es el infierno por ser, según él, el lugar inferior del cosmos.

Desgraciadamente aquel que hizo tan insólita afirmación, desconocía realmente el rayo de la creación. Si él hubiera tenido mayor información, si hubiera estudiado los siete cosmos, se hubiera dado cuenta cabal de que el lugar inferior, no es este mundo físico en que vivimos, sino el séptimo cosmos, situado exactamente dentro del interior del planeta tierra, en las infradimensiones naturales, bajo la zona tridimensional de Euclides.

* P.- Venerable Maestro, después de escuchar con toda atención y paciencia la científica exposición sobre el rayo de la creación, hemos observado que al referirse al primer orden o sea al Protocosmos, menciona que el movimiento, la vida, corresponde a la primera ley donde impera la libertad absoluta. Se nos ha dicho, siguiendo las palabras del Gran Kabir Jesús: "Descubre la verdad, y la verdad te hará libre", como debe entenderse, siguiendo la ley de las analogías y las correspondencias, que para ser nosotros los hombres que nos movemos y tenemos nuestro ser en el sexto orden de mundos, o sea el Microcosmos, para vivenciar la verdad y por lo tanto ser completamente libres, ¿debemos pugnar por llegar a ser habitantes de esos mundos regidos por la única ley?.

*R.- Con el mayor gusto daré respuesta a la pregunta que hizo el caballero. Distinguidos señores y señoras; es indispensable comprender que a mayor número de leyes, mayor grado de mecanicidad y dolor; a menos números de leyes, menor grado de mecanicidad y dolor.

Incuestionablemente en sagrado absoluto solar, en sol central espiritual de este sistema en el cual vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser, no existe mecanicidad de ninguna especie y por lo tanto, es obvio que allí reine la más plena bienaventuranza.

Ostensiblemente debemos luchar en forma incansable por libertarnos de las 48, 24, 12, 6 y 3 leyes, para regresar realmente al sagrado sol absoluto de nuestro sistema.

* P.- Maestro, se deduce por lo explicado anteriormente, que los mundos de mayores leyes son más mecánicos y por lo tanto lógicamente más densos y materiales; ¿quiere esto decir que los mundos infradimensionales o infernales, ocasionarán mayor sufrimiento y que por esta razón se les llama la región de las penalidades y los castigos?.

* R.- Esta pregunta del auditorio, me parece bastante interesante y es claro que me apresuro a contestarla con el mayor agrado.

Distinguido señor, quiero que usted sepa y que todos entiendan, que a mayor número de leyes, mayor grado de mecanicidad y dolor.

Las 96 leyes de la primera zona infernal resultan terriblemente dolorosas; sin embargo, conforme tal número de leyes se multiplica en cada una de las zonas infradimensionales, también se multiplica el dolor, la mecanicidad, la materialidad y el llanto.

* P.- Venerable Maestro, hemos observado que anteriormente nos habla usted de los nueve círculos concéntricos en la región de las infradimensiones, las cuales corresponden a los nueve círculos de las supradimensiones del cosmos; sin embargo, al referirse al rayo de la creación, solamente enumera y explica siete cosmos, ¿no hay en ello alguna incongruencia?.

* R.- Honorable señor, es indispensable que usted haga una clara diferenciación entre los siete cosmos, los nueve cielos y los nueve círculos dantescos de las infradimensiones naturales.

Obviamente los nueve cielos se encuentran relacionados, como ya hemos dicho, con las nueve regiones sumergidas bajo la epidermis de la tierra. Esto lo vio Enoch en estado de éxtasis en el Monte Moria; lugar donde edificara más tarde un templo subterráneo con nueve pisos interiores para alegorizar el realismo trascendental de su visión.

Es incuestionable que los nueve cielos; se hallan plenamente concretados en las esferas de la Luna, Mercurio, Venus, Sol, Marte, Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno. Es claro que todos estos nueve cielos corresponden al Deuterocosmoos.

¿Queda pues aclarado en su mente, el hecho de que los siete cosmos, no son los nueve cielos?.

* P.- Maestro, al decirnos usted que conforme se va bajando a mayor número de leyes desde el primer cosmos hasta las regiones infernales, la mecanicidad, el automatismo, la materialidad, se hace cada vez mayor, nos hace pensar que al irnos alejando de las tres leyes primarias, nos apartamos al mismo tiempo d la voluntad directa del Padre, quedando a nuestra propia y miserable suerte. ¿Es este el caso?.

* R.- Distinguido caballero, honorables damas que en este auditorio me escuchan, quiero que ustedes sepan en forma cierta y precisa que más allá de todo este juego de mundos que forma nuestro sistema solar, resplandece glorioso el sagrado absoluto solar.

Es indubitable que en el sol central espiritual, gobernado por la única ley, existe la felicidad inalterable del eterno Dios viviente; desafortunadamente, conforme nosotros nos alejamos más y más del sagrado sol absoluto, penetramos en mundos cada vez más y más complicados, donde se introduce el automatismo, la mecanicidad y el dolor.

Obviamente en el cosmos de tres leyes, la dicha es incomparable, porque la materialidad es menor. En esa región cualquier átomo posee dentro de su naturaleza interior, tan solo tres átomos del absoluto.

Penetremos en el cuarto cosmos. Allí encontraremos más densa la materia, debido al hecho concreto de que cualquiera de sus átomos, posee en sí mismo doce átomos del absoluto.

Concentremos un poco más; si examinamos cuidadosamente el planeta Tierra, veremos que cualquiera de sus átomos, posee en su naturaleza íntima 24 átomos del absoluto.

Especificando cuidadosamente: Estudiemos en detalle cualquier átomo del organismo humano y percibiremos dentro de él, mediante la divina clarividencia, 48 átomos del absoluto.

Bajemos un poco más y entremos en el reino de la más cruda materialidad, en los mundos infiernos, bajo la corteza del planeta en que vivimos y descubriremos que en la primera zona infradimensional, la densidad ha aumentado espantosamente, porque cualquier átomo inhumano posee dentro de su naturaleza íntima 96 átomos del absoluto

En la segunda zona infernal, todo átomo posee 192 átomos; en la tercera, todo átomo posee en su interior 384 átomos del absoluto, etc., etc., etc.; aumentando así la materia en forma espantosa y aterradora...

Al sumergirnos dentro de leyes cada vez más complejas, obviamente nos independizamos en forma progresiva de la voluntad del absoluto y caemos en la complicación mecánica de toda esta gran naturaleza. Si queremos reconquistar la libertad, debemos liberarnos de tanta mecánica y tantas leyes y volver al Padre.

* P.- Querido Maestro. Si no se hace la voluntad divina en el Microcosmos hombre, entonces, ¿por qué se dice que no se mueve la hoja de un árbol, sin la voluntad de Dios"?.

* R.- Distinguido caballero, en el sagrado absoluto solar, como ya hemos dicho, solo reina la única ley; en el cosmos de las tres leyes, aún se hace la voluntad del Padre, porque todo está gobernado por las tres leyes fundamentales; sin embargo, en el mundo de las seis leyes, ya existe fuera de toda duda una mecánica que en cierto sentido la hace independiente de la voluntad del absoluto. Piense usted ahora en los mundos de 24, 48 y 96 leyes.

Es obvio que en tales órdenes de mundos, la mecanicidad se multiplica independientemente del sagrado absoluto solar. Esto claro, daría paso como para decir que el Padre queda excluido de toda creación; sin embargo, es bueno que todos sepan que toda mecanicidad está previamente calculada por el sagrado sol absoluto, ya que no podrían existir las distintas órdenes de leyes y los diversos procesos mecánicos sino hubiera sido dispuesto así por el Padre.

Este universo es un todo dentro de la inteligencia del sagrado absoluto solar y estos fenómenos se van cristalizando en forma sucesiva poco a poco. ¿Entendido?.

* P.- Venerable Maestro, ¿nos podría usted decir la razón por la cual relaciona el siete en las leyes de la creación, organismo humano y los mundos?. ¿Es una tradición o es realmente una ley?.

* R.- La pregunta que hace el caballero, merece una respuesta inmediata. Quiero que todos ustedes señores y señoras, comprendan con entera claridad meridiana lo que son las leyes del tres y del siete. Es urgente que sepan que los Cosmocratores, creadores de este universo en el cual vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser, cada uno, bajo la dirección de su Divina Madre Kundalini cósmica particular, trabajó en la aurora de la creación, desarrollando en el espacio las leyes del tres y del siete, a fin de que todo tuviera vida en abundancia; sólo así pudo existir nuestro mundo. No es pues extraño que todo proceso cósmico natural se desenvuelva de acuerdo con las leyes del tres y del siete. En modo alguno, debe parecernos algo insólito el que tales leyes se hallen correlacionadas en lo infinitamente pequeño y en lo infinitamente grande, en el Microcosmos y en el Macrocosmos, en todo lo que es, en todo lo que ha sido y en todo lo que será.

Pensemos por un momento en los siete chacras de la espina dorsal, en los siete mundos principales del sistema solar, en las siete rondas de que habla la Teosofía antigua y moderna, en las siete razas humanas, etc., etc., etc.

Todos estos gigantescos procesos septenarios, toda séptuple manifestación de vida, tiene por base siempre las tres fuerzas primarias: positiva, negativa y neutra. ¿entendido?.

* P.- Maestro, ¿por qué cuando habla de la creación de los mundos, seres o galaxias, se expresa en términos tales como: es claro, induvitable, es obvio, es natural, etc. ¿en que se basa para decirlo con tal seguridad?.

* R.- Veo allá en el auditorio, que alguien ha hecho una pregunta bastante interesante; y siento agrado en responderle.

Señores y señoras, quiero que ustedes sepan en forma concreta, clara y definitiva, que existen dos clases de razón; a la primera la denominaremos subjetiva, a la segunda, la calificaremos como objetiva.

Incuestionablemente, la primera tiene por fundamento las percepciones sensoriales externas. La segunda es diferente, y sólo se procesa de acuerdo con las vivencias íntimas de la conciencia.

Es obvio que detrás de los términos citados por el caballero,, se encuentran realmente los diversos funcionalismos de mi propia conciencia. Utilizo tales palabras del lenguaje, como vehículos específicos de mis conceptos de contenido.

Con otras palabras, pongo cierto énfasis para decirle al caballero y al honorable auditorio que me escucha, lo siguiente: jamás utilizaría las palabras citadas por el señor, si antes no hubiese verificado con mis poderes concientivos, con mis facultades cognoscitivas trascendentales, la verdad de todo lo que estoy afirmando. Me gusta usar términos precisos con el propósito de hacer conocer ideas exactas; eso es todo.

* P.- Venerable Maestro, usted mencionó en su anterior exposición, la aurora de la creación, ¿nos podría explicar en que época funcionó y de quien fue la obra?.

* R.- Distinguido caballero, en la eternidad no hay tiempo; quiero que todos los que esta noche han asistido a nuestra plática, comprendan perfectamente que el tiempo no tiene un fondo real, un origen auténtico, legítimo.

Ciertamente y en nombre de la verdad, debo decirles a ustedes que el tiempo es algo meramente subjetivo, que no posee una realidad objetiva, concreta y exacta.

Lo que existe realmente es la sucesión de fenómenos: sale el sol y exclamamos, son las seis de la mañana, se oculta y decimos, son las seis de la tarde, han transcurrido doce horas. Pero ¿en que parte del cosmos están esas horas, ese tiempo?. ¿Podemos acaso agarrarlo con la mano, ponerlo sobre una mesa de laboratorio?. ¿De que color es ese tiempo, de que metal o substancia está hecho?. Reflexionemos señores, reflexionemos un poco; es la mente la que inventa el tiempo, porque lo que verdaderamente existe en forma objetiva es la sucesión de fenómenos naturales; desgraciadamente nosotros cometimos el error de ponerle tiempo a cada movimiento cósmico.

Entre el salir y el ocultarse del sol, ponemos nuestras queridas horas, las inventamos, las anotamos al movimiento de los astros, más éstas son una fantasía de la mente.

Los fenómenos cósmicos se suceden unos a otros dentro del instante eterno de la gran vida en su movimiento. En el sagrado sol absoluto, nuestro universo existe como un todo íntegro, unitotal, completo. En él se procesan todos los cambios cósmicos dentro de un momento eterno, dentro de un instante que no tiene límites.

Resulta palmario y manifiesto que al cristalizarse los distintos fenómenos sucesivos de este universo, deviene a nuestra mente, desgraciadamente, el concepto tiempo. Tal concepto subjetivo, es siempre puesto entre fenómeno y fenómeno.

Realmente el Logos Solar, el Demiurgo Arquitecto del Universo, es el verdadero autor de toda esta creación. Sin embargo, no podemos ponerle una fecha a su obra, a su cosmogénesis, porque el tiempo es una ilusión de la mente, y esto está mucho más allá de todo lo meramente intelectivo. Infierno o los mundos infiernos, existen desde toda la eternidad: Recordemos aquella frase de Dante en su Divina Comedia "Por mi se va a la ciudad del llanto; por mi se va al eterno dolor; por mi se va hacia la raza condenada; la justicia animó a mi sublime arquitecto; me hizo la divina potestad, la suprema sabiduría y el primer amor; antes que yo no hubo nada creado, a excepción de lo inmortal, y yo duro eternamente. ¡Oh, vosotros los que entrais, abandonad toda esperanza!.

* P.- Venerable Maestro, según he podido darme cuenta, el Maestro G. coloca al mundo de las 96 leyes en la Luna, en cambio usted afirma que esa región se encuentra bajo la epidermis del organismo planetario en que vivimos, ¿podría explicarme la razón de esta divergencia de conceptos?.

* R.- Honorable señor, me apresuro a darle respuesta a su pregunta.

Ciertamente el Maestro G. piensa que el rayo de la creación termina en la luna y yo afirmo en forma enfática que éste, concluye en los mundos sumergidos, en el infierno.

La luna es algo diferente, distinguidos señores; pertenece al pasado día de la creación; es un mundo muerto, es un cadáver.

Los viajes de los astronautas a nuestro satélite, han venido a demostrar en forma contundente y definitiva el hecho irrefutable de que la luna es un mundo muerto. No sé como el Maestro G. se equivocó en sus cálculos. Cualquier luna del infinito espacio, es siempre un cadáver. Desafortunadamente el Maestro G. creyó firmemente que en nuestro sistema, la luna era un mundo nuevo, que surgía del caos, que nacía.

En un pasado día cósmico, la luna tuvo vida en abundancia; fue una maravillosa tierra del espacio, pero ya murió, y en un futuro habrá de desintegrarse totalmente; eso es todo.

* P.- Querido Maestro, de acuerdo con el Maestro G., nuestro satélite, la luna, se originó por un desprendimiento de materia terrestre, debido a fuerzas magnéticas de atracción tremendas, dentro de las leyes de la gravedad, formándose un mundo nuevo donde seguramente ingresan las almas perdidas a sufrir en esas regiones infradimensionales del Averno. ¿Quiere decir Maestro Samael, que el Maestro G. llegó a esta conclusión porque sus facultades cognoscitivas eran pobres?.

* R.- Escucho la pregunta del señor y es claro que siento placer en contestarle. En modo alguno quiero sub-estimar las facultades psíquicas del Maestro G.; obviamente cumplió una misión maravillosa y su labor es espléndida; sin embargo, el hombre tiene derecho a equivocarse; es posible que él tomara esa afirmación relacionada con Selene, de alguna leyenda, de alguna fuente, de alguna alegoría, etc., etc., etc. En todo caso nosotros afirmamos en forma enfática lo que nos consta; lo que hemos podido verificar por sí mismos, directamente, sin menospreciar la labor de ningún otro maestro.

Que de alguna colisión entre la tierra y algún otro planeta haya partido la luna, o que haya emergido del pacífico, como sostiene otro respetable Maestro, son conceptos que respetamos; pero que nosotros no hemos evidenciado prácticamente.

Afirmo en forma contundente y con cierto énfasis y me limito exclusivamente a exponer con mi razón objetiva lo que por mí mismo he podido ver, oir, tocar y palpar.

Jamás en todo el cosmos hemos llegado a saber que alguna luna se convirtiera en mundo habitable; cualquier iniciado bien despierto sabe, por experiencia directa, que los mundos, como los hombres y las plantas y todo lo que existe, nace, crece, envejece y muere.

Es ostensible que cualquier planeta que fallece, de hecho y por derecho propio, se convierte en un cadáver, en una luna.

Nuestro planeta tierra no será una excepción y pueden estar ustedes seguros, señores y señoras, que después de la séptima raza humana se convertirá también en una nueva luna.

Seamos pues exactos. Yo soy matemático en la investigación y exigente en la expresión. Tenemos métodos, sistemas y procedimientos, mediante los cuales podemos y debemos ponernos en contacto con esos mundos infiernos; entonces reconoceremos el realismo de la Divina Comedia del Dante, quien ubica al infierno, bajo la epidermis del planeta tierra.

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PRIMER CIRCULO INFERNAL O DE LA LUNA

Amigos míos, hoy aquí reunidos nuevamente, vamos a estudiar el primer círculo dantesco de los mundos infiernos.

Es indubitable que esta primera región sumergida, corresponde al Limbus, el Orco de los clásicos citado por Virgilio, el Poeta de Mantua.

Se nos ha dicho con entera claridad meridiana, que tal zona mineral se halla vivamente representada por todas las cavernas del mundo, que unidas astralmente devienen completamente la primera región sumergida.

Dice el Dante, el viejo florentino, que en tal región encontró a todos aquellos inocentes que murieron sin haber recibido las aguas del Bautismo. Debe entenderse todo esto en forma estrictamente simbólica.

Si nosotros estudiamos cuidadosamente el Ramayana, el libro sagrado de los Indostanes, con asombro místico podemos evidenciar el hecho contundente y definitivo de que el sacramente del Bautismo, es muy anterior a la era cristiana.

En el Ramayana podemos verificar el insólito caso de Rama, quien ciertamente fuera bautizado por su Gurú.

Incuestionablemente, nadie recibía en los antiguos tiempos el agua bautismal sin haber sido antes plenamente instruido sobre los misterios del sexo.

Es pues, el sacramento del Bautismo, un pacto de magia sexual.

Resulta extraordinario que al ingresar en cualquier escuela de misterios, lo primero que se recibía, era el sacramento del Bautismo.

Es indispensable, es urgente, transmutar las aguas puras de vida en el vino de luz del alquimista. Solo así es posible lograr la autorrealización íntima del ser.

En el Orco de los clásicos, en el Limbo, encontramos a muchos hombres ilustrados que murieron sin haber recibido las aguas del Bautismo.

Equivocados sinceros llenos de magníficas intenciones, pero equivocados. Gentes que creyeron posible la liberación, sin necesidad de la magia sexual.

Así pues, en la priemra región sublunar, bajo la epidermis de este planeta en que vivimos, moran fríos y sepulcrales los difuntos.

Uno siente verdadera tristeza, supremo dolor, al contemplar a tantos millones de desencarnados vagando con la conciencia dormida en la región de los muertos.

¡Vedlos ahí, como sombras frías, con la conciencia profundamente dormida, como espectros de la noche!.

Las sombras de los muertos van y vienen por todas partes en el primer círculo dantesco; se ocupan en las mismas actividades de la vida que pasó; sueñan con los recuerdos del ayer; viven totalmente en el pasado.

* P.- Nos ha explicado usted Maestro, que en la primera región subterránea sublunar, denominada Limbo, habitan las almas de los que no han sido bautizados, entendiéndose por bautismo un pacto de magia sexual, lo que me mueve a hacer la siguiente pregunta: ¿acaso todos los seres que no han practicado magia sexual, penetran a dicha región automáticamente al desencarnar?.

* R.- Distinguido amigo, su pregunta resulta bastante interesante y me apresuro a responderle.

Quiero que ustedes comprendan que la primera región sumergida, es como la antesala del infierno; obviamente viven allí las sombras de nuestros seres queridos, millones de seres humanos que jamás transmutaron las aguas seminales en el vino de luz de la alquimia.

Son pocas aquellas esencias, aquellas almas, que después de la muerte, logran realmente unas vacaciones en los mundos superiores.

Es indubitable que la mayor parte de los seres humanos, retornan de inmediato a un nuevo organismo humano, pasando una temporada en el Limbo antes de reincorporarse nuevamente.

Sin embargo, debido al estado crítico en que actualmente vivimos, innumerables fallecidos se sumergen definitivamente en los mundos infiernos, pasando por las esferas tenebrosas de la Luna, Mercurio, Venus, el Sol, Marte, Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno.

La última de estas regiones es definitiva; allí pasan los perdidos por la desintegración final, la muerte segunda, tan indispensable. Gracias a esta espantosa aniquilación, la esencia, el alma, logra liberarse de las regiones del Tártarus, para ascender a la superficie planetaria y reiniciar una nueva evolución que habrá de recomenzar inevitablemente desde el reino mineral.

* P.- ¿Cómo debe entenderse Venerable Maestro, lo que en el lenguaje de la iglesia romana se dice que al Limbo entran los niños inocentes?.

* R.- Distinguido amigo, esto de los niños inocentes hay que entenderlo en forma simbólica y alegórica.

Interprétese la palabra inocentes, no en su forma pristina original, sino como ignorancia radical.

Ciertamente, aquel que desconoce los misterios del sexo, es ignorante aunque presuma de sabio y posea una vasta erudición.

Recuerde que hay muchos ignorantes ilustrados que no solamente ignoran, sino que, además ignoran que ignoran,; ¿entendido?.

* P.- Maestro, ¿quiere usted decir que la persona que no ha fabricado sus cuerpos solares, no ha sido bautizada?.

* R.- Distinguido joven, me alegra su pregunta, la que nos da base para una bella explicación. Las sagradas escrituras hablan claramente del traje de bodas del alma, el TO-SOMA-HELIACON, el cuerpo se oro del hombre solar, viva representación de los cuerpos suprasensibles que toda criatura humana debe formar.

En nuestros pasados libros, ya hablamos claramente sobre el trabajo relacionado con la creación de los cuerpos existenciales del Ser, y por ello creo que nuestros estudiantes gnósticos podrán ahora entendernos.

Es indubitable que el animal intelectual, equivocadamente llamado hombre, no posee tales vehículos y, por lo tanto, debe crearlos trabajando en la Fragua Encendida de Vulcano (el sexo). Me viene a la memoria en estos instantes el caso de un amigo que desencarnó hace ya algunos años. Aquel era un gnóstico convencido; sin embargo, no alcanzó a fabricar sus cuerpos existenciales del Ser; esto pude evidenciarlo en la región de los muertos, el Limbo.

Fuera del cuerpo físico lo encontré; tenía aspecto gigantesco y su rostro espectral era ciertamente de panteón o cementerio.

Anduve con él por distintos lugares, por diversas calles de la ciudad. Incuestionablemente, bajo la región tridimensional de Euclides, en el Limbo.

Está usted muerto, le dije- ¿cómo? ¡imposible! yo estoy vivo; tal fue su respuesta.

Al pasar cerca de una regia mansión, le hice entrar con el propósito de que se mirase en un espejo; el obedeció mi indicación y entonces lo vi muy sorprendido.

Traté de flotar, continué diciéndole; de un saltito para que se convenza usted de que ya está muerto. Aquel fantasma, obedeciendo quizo volar, mas lo vi precipitarse de cabeza en vez de ascender como las aves. En esos instantes asumió diversas figuras animalescas; tiene usted ahora forma de caballo, de perro, de gato, de tigre; así le fui diciendo conforme sus distintas facetas animalescas resaltaban.

Ciertamente aquel fantasma estaba formado por un conjunto de yoes pendencieros y gritones que se penetraban y compenetraban mutuamente sin confundirse. Inútiles fueron mis esfuerzos; aquel desencarnado no pudo entenderme; una suma de yoes personificando defectos psicológicos.

A pesar de que aquel amigo había conocido la gnosis, no había logrado fabricar su cuerpo astral; ahora sólo tenía ante mi vista un conjunto de fantasmas, dando la impresión de una personalidad de fachada. Es obvio que tal sujeto no había recibido el sacramento del Bautismo. Con otras palabras diremos, que no había transmutado las aguas puras de vida en el vino de luz de los alquimistas.

* P.- Maestro, ¿quiere decir entonces, que los que habitan en en la región de los muertos o sea el Limbo, siempre tendrán la oportunidad de retornar a una nueva matriz?.

* R.- Distinguido amigo, no olvide usted que el Dios Mercurio, con su caduceo saca siempre a las almas sumergidas en el Orco, con el propósito de reincorporarlos en un nuevo organismo; solo así es posible que un día cualquiera, podamos ser bautizados de verdad. ¿Entendido?.

* P.- Querido Maestro, yo entiendo que al Limbo ingresan la esencia y los yoes del difunto; pero no es una región de sufrimientos, ¿estoy en lo correcto?.

* R.- Distinguido caballero, ya usted habla sobre esencia y sobre yoes, es bueno que pongamos las cartas sobre la mesa de una vez, para aclarar conceptos y definir posiciones doctrinarias.

Muchos creen que el ego, el yo, el mí mismo, el sí mismo, es algo demasiado individual; así lo suponen equivocadamente los múltiples tratadistas de la psicología moderna.

Nosotros los gnósticos vamos más lejos; nos gusta profundizar, ahondar en todos estos misterios, inquirir, indagar, etc., etc., etc.

El yo no posee individualidad alguna; es una suma de diversos agregados psíquicos que personifican a nuestros defectos psicológicos, un manojo de errores, pasiones, odios, temores, venganzas, celos, ira, lujuria, resentimientos, apegos, codicias, etc., etc., etc.

Estos diversos agregados tienen formas animalescas variadas en las regiones hipersensibles de la naturaleza.

Al morir todo ese conjunto de yoes pendencieros y gritones, toda esa variada gama de agregados psíquicos, continúa más allá del sepulcro.

Dentro de tales valores negativos, se halla enfrascada nuestra esencia anímica, el material psíquico.

Es pues ostensible, que tal materia anímica embutida dentro del ego, se sumerge en el Orco, en el Limbo, para retornar un poco más tarde a este mundo físico.

* P.- Maestro, para una persona dormida común y corriente, ¿sería el Limbo una continuación de su vida?.

* R.- Amigo joven que hace la pregunta, considero que está un poco equivocado, es necesario preguntar mejor para aclarar.

No existe ningún mañana para la personalidad del muerto; toda personalidad es hija de su tiempo, nace en su tiempo, muere en su tiempo.

Aquello que continúa más allá del sepulcro es el Ego, suma de diversos agregados psíquicos, animalescos y brutales. Cuando yo contemplaba al amigo de mi relato, con dolor pude entender que la personalidad de aquel había sido aniquilada; todo lo que tenía ahora ante mi vista era una suma de grotescas figuras animalescas, penetrándose y compenetrándose mutuamente para dar una falsa apariencia de personalidad sepulcral, fría y espectral.

¿Qué se había hecho mi amigo?, ¿dónde estaba?; como quiera que no había fabricado el cuerpo astral, es obvio que había dejado de existir; si mi amigo hubiera fabricado un cuerpo astral mediante la transmutación sexual, si hubiera practicado magia sexual realmente, es claro que si habría fabricado el vehículo sideral y entonces habría continuado con su personalidad astral en las regiones hipersensibles de la narturaleza; desgraciadamente éste no había sido el caso...

Ser bautizado pues, implica haber practicado magia sexual; quien no ha procedido así, no ha recibido las aguas sacramentales, es un habitante del Limbo.

*P.- Maestro, esta falsa personalidad formada por estos grotescos yoes, que en un tiempo era su amigo, ¿podría llegar a ser su enemigo en esa región sin futuro?.

*R.- Joven amigo, es urgente que usted comprenda que el ego está constituido por muchos yoes, y que alguno de éstos, pueden ser nuestros amigos o nuestro enemigos. Indubitablemete algunos yoes de aquel fantasma al cual me he referido, continúan siendo amigos míos; mas otros es obvio que pueden ser enemigos o simplemente grotescos fantasmas indiferentes. En todo caso, es el ego quien retorna desde la región del Limbo, para repetir en este mundo físico todos los dolorosos dramas de las existencias pasadas.

La personalidad como ya dije, es perecedera, no retorna jamás y esto es algo que usted deberá comprender claramente; sepa diferenciar entre el ego y la personalidad, ¿comprendido?.

* P.- ¿Debo entender Maestro, que el verdadero sacramento del Bautismo lo puede recibir solo el que se inicia en el camino del filo de la navaja?.

* R.- Distinguido señor, el auténtico sacramento del Bautismo, como ya dije en esta plática, es un pacto de magia sexual; desgraciadamente las gentes pasan por la ceremonia butismal, por el rito, pero no cumplen con el pacto jamás; debido a eso es que ingresan al Limbo. Si las gentes cumplieran con ese pacto religioso, entrarían de lleno en la senda del filo de la navaja, en aquel sendero citado por el Cristo cuando dijo: "estrecha es la puerta y angosto el camino que conduce a la luz, y muy pocos son los que la hallan". Es indispensable saber que el camino secreto que conduce a las almas hasta la liberación final, es absolutamente sexual.

* P.- Maestro, ¿entonces los desencarnados que tienen derecho a unas vacaciones, son los que han empezado a practicar magia sexual?.

* R.- Distinguida señora que hace la pregunta, le invito a comprender que el ego jamás puede entrar en en las regiones celestes. Para los agregados psíquicos sólo existe el abismo y la muerte segunda, ¿entendido?.

Sin embargo vamos más al fondo para dilucidar y esclarecer esta plática. Cuando el ego no es demasiado fuerte, cuando los agregados psíquicos son muy débiles, logra la esencia pura, el alma, liberarse por algún tiempo para entrar en las regiones celestes y gozar de algunas vacaciones, antes de retornar a este valle de lágrimas.

Desgraciadamente, hoy por hoy el ego animal se ha hecho muy fuerte en muchas personas y por tal motivo ya las almas humanas no tienen la dicha de tales vacaciones.

Ciertamente son muy raras hoy en día, aquellas almas que logran penetrar en el Devachán, como dicen los Teósofos, o en el Causal.

Quiero que todos ustedes comprendan el hecho concreto de que aquellas almas, hoy por cierto muy raras, que pueden gozar por un tiempo de tan felices vacaciones entre la muerte y el nuevo nacimiento, son los que podríamos llamar en el mundo, gentes muy buenas. Debido a esto, la gran ley les recompensa después de la muerte, ¿entendido?.

* P.- Maestro, ¿esas almas que logran escaparse del ego para disfrutar de unas vacaciones, al reingresar en otra matriz tienen que volverse a embotellar en el ego?.

* R.- Amigos, el ego solamente puede ser destruido, aniquilado, en dos formas: primero, mediante el trabajo consciente en nosotros mismos y dentro de nosotros mismos, aquí y ahora. Segundo, en los mundos infiernos, mediante la involución sumergida, pasando por espantosos sufrimientos.

Icuestionablemente, las vacaciones celestes no disuelven el ego; una vez que la esencia, el alma, agota los frutos de su recompensa al retornar a este valle de lágrimas, ha de quedar previamente embotellada entre su ego, el yo, el mí mismo.

* P.- Maestro, ¿cuando la esencia retorna a una nueva matriz embotellada en el ego después de esas vacaciones, no trae el anhelo de liberarse para lograr la autorrealización?.

* R.- Distinguida dama, su pregunta es magnífica. Quiero decirle a usted en forma enfática lo siguiente: El ascenso a los mundos superiores nos reconforta y ayuda.

Cuando la esencia regresa de unas vacaciones en los mundos superiores de conciencia cósmica, viene fortalecida y con mayor entusiasmo. Entonces lucha incansablemente por conseguir su lliberación total; sin embargo, todo esfuerzo resulta inútil si no cumpliese con el pacto de magia sexual contenido en el sacramento del Bautismo.

* P.- Maestro, ¿podría decirnos como son las regiones del primer círculo Dantesco o de la Luna, cómo se vive y que es lo que se hace?.

* R.- Al caballero que hace la pregunta paso a responderle de inmediato. El primer círculo Dantesco, sublunar, representado por todas las cavernas de la Tierra, visto internamente resulta bastante interesante.

Ahí encontramos la primera contraparte sumergida de nuestras ciudades, calles, aldeas, comarcas y regiones. No es pues de extrañar el que en esta región se viva una vida semejante a la actual; en modo alguno nos debe asombrar el hecho de que los fallecidos visiten las casas donde vivieron, o ambulen por aquellos lugares que antes conocieron, ocupándose en los mismos oficios o trabajos que solían hacer.

Recuerdo el caso patético de un pobre cargador de fardos pesados; su ego anduvo después de muerto, llevando sobre sus espaldas una carga, bulto o fardo. Cuando quise hacerle comprender su situación, cuando le di a entender que ya estaba bien muerto y que no tenía porqué estar cargando fardos pesados sobre su cuerpo, me miró con ojos de sonámbulo; tenía la conciencia dormida, fue incapaz de comprenderme.

Los difuntos siguen vendiendo en sus almacenes o comprando mercaderías o manejando automóviles, etc., etc., etc., cada cual en aquellos trabajos en que antes estaba ocupado. Resulta asombroso ver esas cantinas llenas de ebrios desencarnados, esas casas de prostitutas fornicando todavía después de muertas, etc., etc., etc.

* P.- Maestro, ¿qué proceso siguen los que habitan en el Limbo para retornar a este mundo tridimensional?.

* R.- Aquellos que habitan en el Limbo deben recapitular la vida que acaban de pasar, revivirla lentamente.

Concluido el proceso retrospectivo, todos los actos de nuestra vida anterior quedan simplemente reducidos a matemáticas; entonces los jueces del Karma nos hacen retornar a este valle de lágrimas con el propósito de que enmendemos nuestros errores y busquemos el camino que ha de llevarnos a la liberación final; eso es todo.

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MONADAS Y ESENCIAS

Queridos amigos, nuevamente estamos reunidos aquí en este lugar, para platicar detenidamente sobre las distintas causas que conducen a los humanoides intelectuales por el camino involutivo descendente hacia las regiones infernales.

Incuestionablemente, millones de criaturas involutivas descendentes, están en estos instantes atravesando el Aqueronte para ingresar al Averno.

Oleadas de humanoides, después de contemplar el ciclo de existencias en el mundo físico tridimensional de Euclides, dejan de tomar humanos cuerpos para sumergirse definitivamente en el reino mineral.

Ciertamente el mal del mundo, por monstruoso que éste sea, tiene un dique, un límite definido.

¿Qué sería del Universo si no existiese un obstáculo infranqueable para el mal?.

Obviamente este último se desarrolla infinitamente hasta reinar soberano en todas las esferas.

Cabe aquí destacar con entera claridad meridiana, la tremenda realidad de las 108 existencias que se le asignan a toda esencia viviente, a todo principio anímico divinal.

Viene esto a recordarnos las 108 cuentas del collar del Buda y las 108 vueltas que el Brahaman Indostánico hace alrededor de la vaca sagrada; es indubitable que con la última de éstas finaliza su rito diario; entonces introduce la punta de la cola del consabido animal alegórico, dentro del vaso de agua que va a beber.

Entendido todo esto podemos proseguir: Es obvio que la Divina Madre Kundalini, la Serpiente Ignea de nuestros mágicos poderes, intenta lograr nuestra realización íntima durante el curso de las 108 existencias que a cada uno de nosotros nos son asignadas; ostensiblemente dentro de tal ciclo de vidas suscesivas, tenemos innumerables oportunidades para la autorrealización; aprovecharlas es lo indicado; desafortunadamente nosotros reincidimos en el error incesantemente, y el resultado al fin suele ser el fracaso.

Resulta palmario y evidente, que no todos los seres humanos quieren hollar la senda que ha de conducirnos a la liberación final.

Los distintos mensajeros que vienen de lo alto: profetas, avataras, grandes apóstoles, han querido siempre señalarnos con precisión exacta la rocallosa senda que conduce a la auténtica y legítima felicidad.

Desgraciadamente las gentes nada quieren con la sabiduría divina; han encarcelado a los maestros, han asesinado a los avataras, se han bañado con la sangre de los justos, odian mortalmente todo lo que tenga sabor a divinidad.

Sin embargo, todos, como Pilatos, se lavan las manos, se creen santos, suponen que marchan por el camino de perfección.

No podemos negar el hecho contundente y definitivo de que existen millones de equivocados sinceros, que muy honradamente presumen de virtuosos y piensan de sí mismo lo mejor.

En el Tártarus viven Anacoretas de toda especie, místicos equivocados, sublimes fakires, sacerdotes de muchos cultos, penitentes de toda especie, que todo lo aceptarían, menos la tremenda verdad de que están perdidos y que marchan por el camino de la maldad.

Con justa razón dijo el Gran Kabir Jesús: "de mil que me buscan, uno me encuentra, de mil que me encuentran uno me sigue, de mil que me siguen uno es mío".

El Bhagavad-Guita dice textualmente lo siguiente: "Entre miles de hombres, tal vez uno intente llegar a la perfección; entre los que lo intenten, posiblemente, uno logre la perfección, y entre los perfectos, quizá, uno me conoce perfectamente".

Jesús el Gran Kabir, pone énfasis en la dificultad para entrar al reino: "Más ¡ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! ¡porqué cerráis el reino de los cielos delante de los hombres; pues no entráis vosotros, ni dejáis entrar a los que están entrando! ¡Ay de vosotros escribas y fariseos, hipócritas; porqué devoráis las casas de las viudas, y como pretexto hacéis largas oraciones; por esto recibiréis mayor condenación!". Refiriéndose el Gran Kabir Jesús a tantos falsos apóstoles que andan por ahí fundando diversas sectas que jamás conducirían a la liberación final, dice: "Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas; porque recorréis mar y tierra para hacer un prosélito, y una vez hecho, lo hacéis dos veces más hijo del infierno de vosotros!".

Lo grave, distinguidos amigos, nobles hermanos, respetables damas, es que aquellos que están perdidos, los equivocados sinceros, piensan siempre que van muy bien.

¿Cómo hacerles comprender a las gentes que van mal?.

¿Cómo hacerles entender que el camino que conduce al abismo está empedrado con buenas intenciones?. ¿En qué forma podría demostrarle a las gentes de conciencia dormida que la secta a la cual pertenecen, o la escuela tenebrosa a la cual se han afiliado, han de conducirlos al abismo y a la muerte segunda?.

Es incuestionable que nadie piensa de su secta lo peor; todos están convencidos con las palabras de los ciegos, guías de ciegos.

Ciertamente y en nombre de la verdad, hemos de decir con gran franqueza que sólo despertando conciencia podremos ver el camino angosto, estrecho y difícil que conduce a la luz.

¿Cómo podrían ver la senda aquellos que duermen? ¿acaso la mente podría descubrir la verdad?.

Escrito está con palabras de oro en el gran libro de la vida universal, que la mente no puede reconocer lo que jamás ha conocido.

¿Creéis vosotros acaso que la mente ha conocido alguna vez eso que es lo real, la verdad?.

Es ostensible que el entendimiento va de lo conocido a lo desconocido, se mueve dentro de un círculo vicioso, y sucede que la verdad es lo desconocido de instante en instante.

Os ruego queridos hermanos, nobles amigos, distinguidas damas, que reflexionéis un poco.

La mente puede aceptar o rechazar lo que quiera, creer o dudar, etc., etc., etc., pero jamás podrá conocer lo real.

Observad cuidadosamente lo que sucede en los distintos rincones del mundo; es ostensible que por doquiera circulan los libros sagrados y ellos sirven de fundamento a muchos cultos religiosos.

Sin embargo, ¿quién entiende los conceptos de contenido de esos libros? ¿quién tiene plena conciencia de lo que en cada versículo está escrito?. Las multitudes solo se limitan a creer o negar, y eso es todo.

Como prueba de esto que estoy afirmando, ved cuantas sectas se han formado con los versículos maravillosos de los cuatro evangelios cristianos.

Si los devotos tuvieran plena conciencia del crístico evangelio predicado por el Gran Kabir Jesús, es obvio que no existirían tantas sectas; en verdad solo habría una sola religión crística de tipo cósmico universal. Sin embargo los creyentes no logran ponerse de acuerdo porque tienen la conciencia dormida; nada saben, nada les consta, nunca han platicado personalmente con un Angel, jamás han entrado consciente y positivamente en las regiones celestes, andan porque otros andan, comen porque otros comen, dicen lo que otros dicen y así marchan desde la cuna hasta el sepulcro con una venda en los ojos.

Desgraciadamente el tiempo pasa con rapidez que aterra, se acaba el ciclo de existencias humanas y por último, convencidos los devotos de que van por el camino recto, ingresan en la morada horrible de Plutón, donde solamente se escucha el llanto y el crujir de dientes.

El descenso de las oleadas humanas en el interior del organismo planetario, se realiza bajando por las escalas animal y vegetal, hasta ingresar definitivamente al estado mineral, en el centro mismo del planeta Tierra.

Quiero que sepáis, quiero que comprendáis, que en el centro mismo de este planeta, donde millonadas de humanoides pasan por esa muerte segunda de la que hablara el Apocalipsis de San Juan.

Es evidente que la destrucción del mí mismo, la aniquilación del ego, la disolución del sí mismo, en las regiones sumergidas del Averno, es absolutamente indispensable para la destrucción del mal dentro de cada uno de nosotros.

Obviamente sólo mediante la muerte del ego se hace posible la liberación de la esencia; entonces ésta resurge, sale a la superficie planetaria, a la luz del sol, para reiniciar un nuevo proceso evolutivo dentro de la rueda dolorosa del SAMSARA.

El reascenso se verifica siempre atravesando los estados mineral, vegetal y animal, hasta reconquistar el estado de humanoide que otrora se perdiera.

Es claro que con el reingreso a este estado, nuevamente se nos asignan otra vez 108 existencias, que si no las aprovechamos debidamente, nos conducirán por el camino descendente de regreso al Averno. En todo caso, queridos hermanos, nobles damas que me escuchan, es bueno que sepáis que a toda esencia, que a toda alma, se le asignan siempre 3.000 de estos ciclos de manifestación cósmica.

Quienes fracasan definitivamente, quienes no saben aprovechar las innumerables oportunidades que estos 3.000 períodos nos deparan, nos confieren, quedarán para siempre excluidos en la maestría. En este último caso aquella chispa inmortal que todos llevamos dentro, la mónada sublime recoge su esencia, es decir, sus principios anímicos se la absorbe en sí misma y se sumerge luego en el espíritu universal de vida para siempre.

Así pues las mónadas sin maestría, aquellas que no la lograron o no la quisieron definitivamente, quedaron excluidas de toda escala jerárquica.

Aclaro: no todas las chispas inmortales, no todas las mónadas sublimes quieren la maestría.

Cuando alguna mónada, cuando alguna chispa divinal quiere de verdad alcanzar el sublime estado de "MONADA-MAESTRO", es indubitable que trabaja entonces a su esencia, a su alma, despertando en esta alma infinitos anhelos de espiritualidad trascendente.

* P.- Querido Maestro, por todo lo que usted acaba de exponer parece ser, si no me equivoco, que eso es precisamente lo que quiso decir el Señor Krishna cuando habló de la transmigración de las almas, y también el Maestro Pitágoras cuando se refirió a la Metempsicosis. ¿Es esto así?.

* R.- Escucho la palabra del caballero que hizo la pregunta y es claro que me apresuro a responderla.- Amigos, señoras, ciertamente esto que estoy afirmando esta noche, tiene documentación en la India y en Grecia. La primera con la maravillosa doctrina expuesta por aquel antiguo Avatara Indostán llamado Krishna y en la segunda, la doctrina de Pitágoras.

Obviamente la metempsicosis de aquel gran filósofo Griego y la doctrina de la transmigración de las almas, enseñada por el Avatara Hindú, son idénticas en la forma y en el fondo; desafortunadamente las gentes tergiversan la enseñanza y por último la rechazan en forma arbitraria.

* P.- Preclaro Maestro, lo que no comprendo es la razón por la cual distinguidas figuras reconocidas como Maestros, tales como la señora H.P.B. y Charles Leadbeter, al igual que Annie Besant, fundadores de la Sociedad Teosófica y personas con facultades de clarividencia, clariaudiencia y otros poderes, nunca repararon en los hechos que tanto el Gran Kabir Jesús como Pitágoras y usted Maestro Samael, han enseñado; sino, por el contrario, han preconizado en sendos tratados de reconocimiento en el mundo de las escuelas pseudo-esotéricas, que el hombre inexorablemente camina por la vía ascendente de la evolución hasta que algún día, en el decorrer de los tiempos, llega a la perfección y a ser uno con el Padre. ¿Puede explicarme tal incongruencia?.

* R.- Escucho a un señor que hace una pregunta muy importante y es incuestionable que me apresuro a responderle en la mejor manera.

Ciertamente las leyes de la evolución y de la involución, trabajan en forma armoniosa y coordinada en toda la naturaleza.

Es indubitable que a toda subida le sucede una bajada, a todo ascenso un descenso; sería pues absurdo suponer que la ley de la evolución fuese algo diferente.

Si ascendemos por una montaña, indubitablemente llegaremos a la cima; después habremos de descender. Así es la ley de la evolución y de la involución, mis queridos hermanos.

Estas dos grandes leyes constituyen el eje mecánico de toda la naturaleza; si cualquiera de estas dos leyes dejase de funcionar siquiera un momento, se paralizarían de hecho todos los mecanismos naturales. Hay evolución en el grano que germina, crece y se desarrolla; existe involución en el vegetal que se marchita y muere.

Hay evolución en la criatura que se desarrolla dentro del vientre materno, en el niño que nace, en el adolescente, en el joven; existe involución en aquel que envejece y muere.

Los procesos evolutivos e involutivos se hallan completamente ordenados dentro de esta gran creación.

Desgraciadamente, aquellos que se han embotellado en el dogma de la evolución, no son ya capaces de comprender los infinitos procesos destructivos y decadente de todo lo que es, de todo lo que ha sido y de todo lo que será.

Ni la evolución, ni la involución, podrán llevarnos jamás a la autorrealización íntima del ser.

Si nosotros de verdad queremos liberarnos, si en forma seria anhelamos la auténtica felicidad, necesitamos en forma urgente e inaplazable meternos por la senda de la revolución de la conciencia.

No está de más enfatizar la idea trascendental y trascendente de que no es posible llegar a la gran realidad mientras giremos incesantemente con la rueda del SAMSARA.

¿De qué sirve señores y señoras, retornar incesantemente a este valle de lágrimas, evolucionar e involucionar constantemente y bajar una y otra vez a los mundos infiernos?.

Es nuestro deber despertar conciencia para ver el camino que ha de conducirnos con precisión absoluta a la liberación final.

Incuestionablemente muchas preclaras inteligencias del saber oculto, transmitieron a la humanidad a finales del siglo pasado y principios del presente, una enseñanza elemental sencilla.

Es claro que tales personas, solo se propusieron enseñar públicamente las primeras letras de la doctrina secreta. Entonces no se detuvieron demasiado en el análisis de las leyes evolutivas e involutivas.

Ya R. Steiner en 1912 aseveró que ellos, los iniciados de aquella época, solo habían entregado una enseñanza incipiente, elemental, pero que más tarde se daría a la humanidad una doctrina esotérica superior de orden trascendental.

Ahora nosotros, estamos entregando este tipo de doctrina esotérica superior.

Es pues indispensable no condenar o criticar a aquellos que en el pasado, trabajaron en alguna forma por la humanidad. Ellos hicieron lo que pudieron; ahora debemos nosotros dilucidar y aclarar.

* P.- Maestro, usted decía que algunas Mónadas tiene interés en autorrealizarse y otras no, a pesar de que todas emanan del absoluto; yo conceptuaba de que todas tenían el deber de buscar su autorrealización. ¿Podría explicarme un poco más sobre esto?.

* R.- Escucho la palabra de un joven y con el mayor gusto voy a responder: Ante todo amigos, quiero que comprendáis que la divinal, Dios, el Espíritu Universal de Vida, no es ditactorial,

Si eso que es lo real, si eso que es la verdad, si eso que no es del tiempo, fuese de tipo ditactorial, ¿qué suerte podríamos nosotros aguardar?.

Amigos, Dios respeta a sí mismo su propia libertad; con esto quiero decirles que dentro del seno de lo divinal no existen dictaduras. Toda chispa virginal, toda Mónada, tiene plena libertad para aceptar o rechazar la maestría. ¿Entendido?.

* P.- Con esto que nos acaba de explicar Maestro, ¿podríamos decir que la Mónada es responsable de que la esencia vaya al infierno?.

* R.- Veo en el auditorio a una dama que con toda sinceridad me ha hecho una pregunta y es evidente que me alegra responderle: Señores y señoras, cuando una Mónada divinal quiere la maestría, es ostensible que lo logra trabajando incesantemente la esencia desde adentro, desde lo más profundo.

Resulta palmario y manifiesto que si la Mónada no está interesada por la maestría, jamás despertará en la esencia incorporada ninguna inspiración íntima. Obviamente, en este caso, la esencia desprovista de todo anhelo, enfrascada en el ego, embutida entre el mí mismo, ingresará a los mundos infiernos. Así pues, respondo en forma enfática diciendo: La Mónada si es culpable del fracaso de toda esencia.

Si la Mónada trabajara a la esencia realmente, profundamente, es incuestionable que esta última jamás descendería fracasada al Tártarus.

* P.- Maestro, me aterra pensar que tuviera mi esencia que pasarse en un sufrimiento durante 108 vidas multiplicadas por tres mil o sea 324.000 existencias humanas para que al final de cuentas llegue a vivir en el absoluto en forma de una Mónada fracasada o sea sin autorrealización. En estas circunstancias, bien vale la pena hacer todos los esfuerzos y sacrificios posibles por autorrealizarse, por más sufrimientos que esto implique, ya que no son absolutamente nada en comparación con los que la naturaleza me impondrá si escojo el camino del fracaso, ¿no lo cree usted así?.

* R.- Distinguido señor, gran amigo, permítaseme decirle en forma enfática que toda chispa divinal, que toda Mónada, puede elegir el camino.

Es indubitable que en el espacio infinito existen trillonadas de Mónadas absolutamente inocentes, más allá del bien y del mal.

Muchas de estas intentaron lograr la maestría, más desafortunadamente fracasaron. Millonadas de otras jamás quisieron la maestría; ahora sumergidas entre el seno del espíritu universal de vida gozan de la auténtica felicidad divina, porque son destellos de la divinidad; desafortunadamente no poseen la maestría.

El caballero que hace la pregunta es claro que tiene enormes inquietudes; esto se debe a que su Mónada interior lo anima y lo trabaja incesantemente; su deber es pues marchar con firmeza por la senda del filo de la navaja hasta lograr la autorrealización íntima del ser.

* P.- Maestro, ¿se debe a esto que a muchas personas que se les habla de las enseñanzas gnósticas, a pesar de que captan perfectamente lo que les explicamos, no se deciden a seguir por el camino de la revolución de la conciencia? ¿quiere decir que su Mónada no las trabaja para que sigan por el camino de la autorrealización?.

* R.- Al joven que hace la pregunta, voy a responderle: Necesitamos reflexión profunda para enfocar esta cuestión desde diversos ángulos; sucede que a muchas Mónadas les agrada marchar lentamente con el riesgo de que sus esencias fracasen en cada ciclo de humanas existencias; otras prefieren trabajar a sus esencias en forma intermitente, de cuando en cuando; y por último, tenemos Mónadas que definitivamente no trabajan a su esencia jamás.

Es pues, éste el motivo por el cual no todas las personas que escuchan la enseñanza la aceptan realmente. Sin embargo es conveniente saber que alguien, que por ejemplo, en la presente existencia no aceptase el evangelio de la nueva era de Acuarius, podría aceptarla en vidas subsiguientes, siempre y cuando no haya llegado todavía a las 108 .

* P.- Maestro, ¿estas Mónadas que jamás están interesadas por trabajar a su esencia, pertenecen nada más al planeta Tierra o también existen en otros planetas?.

* R.- Joven amigo, recordad la ley de la analogías filosóficas, la ley de las correspondencias y de la numerología: "tal como es arriba, es abajo".

La Tierra no es el único planeta habitado del espacio estrellado; la pluralidad de los mundos habitados es una tremenda realidad; esto nos invita a comprender que las mónadas de otros planetas también gozan de plena libertad para aceptar o rechazar la maestría.

Personalidad, esencia, es diferente. Con esto quiero decir en forma enfática lo siguiente: No todas las humanas personalidades existentes en los otros mundos habitados del espacio infinito han caído tan bajo como nosotros los habitantes de la Tierra.

Amigos: en las diversas esferas del infinito, existen humanidades planetarias maravillosas que marchan de acuerdo con las grandes leyes cósmicas; empero repito, no todas las Mónadas quieren la maestría.

Infiernos existen en todos los mundos, en todas las galaxias, más no todos los infiernos planetarios están habitados.

El sol por ejemplo, es un astro maravilloso que con su luz ilumina a todos los planetas del sistema solar de Ors; resulta interesante saber que los mundos infiernos del astro rey están completamente limpios; obviamente en este brillante sol no es posible encontrar fracasos cósmicos; ninguno de sus habitantes marcha en la involución sumergida; las criaturas que viven en el astro rey son completamente divinas, espíritus solares.

Es conveniente no olvidar que cualquier unidad cósmica que surge a la vida, posee inevitablemente un reino mineral sumergido entre las infradimensiones naturales.

Existen mundos cuyo reino mineral sumergido está densamente poblado; entre ellos, nuestro planeta Tierra; esto indica, señala, el fracaso de muchas Mónadas.

Necesitamos, sin embargo, ahondar un poco más en esta cuestión y entender con plena claridad, que el descenso de cualquier esencia a la morada horripilante de Plutón, no siempre significa fracaso definitivo.

Es ostensible que el fracaso final sólo es para las esencias, para las Mónadas que no lograron la autorrealización íntima en 3.000 ciclos o períodos de existencias. Mejor dijéramos en 3.000 vueltas de la rueda del SAMSARA, pues al llegar a la última de éstas, como ya he dicho tantas veces, las puertas se cierran.

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Libro del V.M. Samael Aun Weor


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